sábado, 22 de noviembre de 2008

Los gestos de Sarkozy

Los abrazos del presidente de Francia al parecer no agradan a la a

París,

Francia

La historia la publicó esta semana el diario suizo Le Matin. Decía que los gestos de afecto del presidente francés Nicolas Sarkozy violentan “un poco” a la canciller federal de Alemania, Ángela Merkel. Y añadía que esta incomodidad había quedado reflejada en una queja al Elíseo a través de la Embajada de Alemania en París.

La supuesta diferencia cultural que separa a los austeros alemanes del Este de los latinos como Sarkozy adquiere en esta historia un improbable rango diplomático. Cuando saltó la noticia, la cancillería aseguró que se trata de “un bulo en toda regla”, de una “patraña”.

“Tocarse no forma parte de la cultura alemana, y todavía menos de la cultura del este alemán”, explica a Le Matin Dorothea Hahn, corresponsal en París del diario berlinés Die Tageszeitung. Además, Merkel es protestante, lo que implica una cierta distancia entre los individuos, cierta austeridad tanto exterior como interior. La exhibición física de los sentimientos no es propio de los alemanes”, añade la periodista.

Sarkozy, por el contrario, no concibe la vida sin la proximidad de los cuerpos, necesita tocar a su interlocutor. Algo natural entre los franceses y, en general, en los países mediterráneos. A partir de ahora, quizá decida empezar a medir sus gestos.

El Gobierno alemán hablaba de la amistad entre ambos mandatarios.
Merkel apoyó el día 16 la nominación del francés al Premio Carlomagno. Pero en Alemania es bien conocida la imagen de George Bush realizando, durante una reunión del G-8 en 2006, un inesperado masaje a Merkel. Su reacción de sorpresa se vio en las televisiones de todo el mundo.

En esta materia hay precedentes. Valéry Giscard d’Estaing, siendo presidente de la República Francesa, se quejó de los abrazos que le daba el entonces presidente del Gobierno español Adolfo Suárez.

Su estilo
Pero ya observando a Sarkozy se le nota su personalidad arrolladora; no sólo es amigable con Merkel, sino con casi todos.
LA PRENSA recopiló varias fotos del mandatario donde abraza, toca, da la mano y sonríe con confianza.
Mandato

Además, a Sarkozy le da pánico llegar al 31 de diciembre y tener que abandonar la presidencia de la UE. Seis meses de mandato saben a poco y más aún después de haber ceñido los laureles de la gestión internacional de la crisis de Georgia y de afrontar el batacazo financiero.

En un tiempo récord, el presidente francés ha logrado llenar el escenario de la política europea. A más crisis, más iniciativas, más cumbres, más viajes y más frenesí.
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