sábado, 13 de febrero de 2010

Manos contra Garzón (II)


Por (J.G.F) Garza.-


Sobre la encrucijada judicial en que se encuentra el juez Garzón, uno se pregunta: ¿no se tratará una vez más de la prosaica, sempiterna y trágica situación de víctimas y matones?


Garzón se pasó la vida judicial haciendo lo que nadie se había atrevido a hacer: que se supiera quienes eran unos y quienes eran los otros; que a los primeros se les reconocieran sus derechos y a los segundos se les conocieran sus crímenes y delitos. ¿Es que la Justicia es otra cosa?


Pues parece que sí: para algunos la Justicia es que el vencedor pueda convertir en héroes y santos a sus muertos y que el vencido tiene bastante con su pena de no saber donde están los huesos de los suyos.
Pero los "matones" de turno no duermen, están alerta en cada esquina; también al lado de Garzón: "Profesionales del derecho", con sus armas cargadas para organizar una "cacería", en este caso de "caza mayor"; ¿el delito del juez? Trabajar toda la vida del lado de las víctimas, comprendiéndolas.


También pudo Garzón haberse apuntado a otro refranero: Es lo mismo ocho que ochenta; ande yo caliente...; igual da una dictadura asesina, que una democracia. etc. etc.


Que quede clara una cosa: No es lo mismo divertirse saliendo de "caza" con las armas judiciales, que usar esas armas para que los derechos de los "cazados" sean reconocidos y los delitos de los "cazadores" no queden impunes.