viernes, 30 de octubre de 2009

Un millón por hora, ¡qué menos!


Para escandalizarme, por un propio, me mandan el recado de que se nos jubila el banquero Gorigolzarri con 8.000 euros al día y que una modelo de postín no está dispuesta a dar un solo paso por menos de 10.000 dólares. Pero no me conmuevo y sigo muy tranquilo el curso de mi vida. ¿Quién no? Si la sagrada ley de la oferta-demanda juega su rol en buena lid, a su libre albedrío, me levanto a una hora discreta, pongo mi coma aquí, el punto allá, y luego salgo a respirar el aire de la sierra.

Con esto o poco más, gano un millón por hora. ¡Qué menos! Lo merezco,¿o no? Los demás que se jodan.