miércoles, 9 de mayo de 2012

La lujuria (con/dón) Constitucional de 1812




Destacado reaccionario de Cadiz-1812 en Herbón

Seguimos en la conmemoración de los 200 años de la Constitución de Cádiz de 1812, de la Pepa.
El clérigo liberal Muñoz Torrero, uno de sus padres, pasó seis años en Herbón, los mismos que el que escribe.
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Si seguimos buceando en el Cádiz de aquellas Cortes y su Constitución, la primera de España, nos encontramos con otro destacado personaje que terminará sus días a las orillas del Ulla, en el  Monasterio de Herbón:
RAFAEL de VÉLEZ , fraile franciscano capuchino. Quizá se le pueda considerar el inventor del condón, aunque él le llamó con el otro nombre más fino: Preservativo
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saavedrafajardo.um.es/WEB/archivos/NOTAS/RES0102.pdf
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Fr. Rafael VÉLEZ, Preservativo contra la irreligión (1812). 1.-
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Nació en Vélez-Málaga el 15 de octubre de 1777 y falleció en el Monasterio de Herbón el 3 de agosto de 1850
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El ambiente del Cádiz de las Cortes inspira su invento, el realidad se trata de su primer libro, primera obra:
Preservativo contra la irreligión (Cádiz 1812), que le convierte en uno de los jefes doctrinales del partido servil (término usual de la época).

El título completo del libro es: Preservativo contra la Irreligión, o los planes de la Filosofía contra la Religión y el Estado, realizados por la Francia para subyugar la Europa, seguidos por Napoleón en la conquista de España, y dados a luz por algunos de nuestros sabios en perjuicio de nuestra patria.
Es uno de los textos principales del conocido como «pensamiento reaccionario», describe de manera transparente la visión que los defensores del Antiguo Régimen tenían de los filósofos y de la filosofía, con elementos que reaparecerán una y otra vez en las ideologías nacionalistas de los siglos XIX y XX (alma, patria, racismo...):

Se presenta a sí mismo como: "debelador incansable de los malvados y perversos planes que fantaseaba tenían para España filósofos, espíritus fuertes, liberales, iluminados, materialistas, ateos, incrédulos, libertinos, francmasones, impíos y demás ralea.
“En su desaforado discurso, defiende también las prerrogativas del clero regular y el mantenimiento de la Inquisición, que tras la restauración del absolutismo será utilizada también para perseguir a los francmasones”.
En el Prólogo se despacha a gusto: “La igualdad, la libertad, la irreligión, la inmoralidad, las pasiones que arrastran a los hombres, que ellos publican en sus escritos, y que autorizan con las obras, son las armas con que han vencido multitud de pueblos y naciones seducidas por sus ideas liberales de reforma e ilustración. A los sabios y ministros del santuario les compete descargar esta nube que todo lo asola, y hacer ver a los incautos que la libertad proclamada de la Francia es esclavitud; su igualdad la que hay en las mazmorras, y su felicidad y regeneración servir a un tirano, sacudido el yugo de la religión”.

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¡Qué cosas!
Como se puede ver, este preservativo es para colocar básicamente en la cabeza, aunque las crónicas de la época no dejan claro si también podría colocarse sobre otras partes del cuerpo.

Fray Rafael de Vélez
Quizá no estuviera de más preguntarse si en el invento de este capuchino, y los de algunos otros, están los inicios del lenguaje que llevó desde entonces a otro invento: la España verdadera y la Anti España, las dos Españas, que tantos quebraderos de cabeza y tanta sangre hizo correr a lo largo de nuestra Historia. Los de las generaciones que estamos leyendo esto podemos congratularnos por haber contribuido a que, por fin, se haya asentado definitivamente la democracia y el pluralismo en nuestra convivencia, y los liberales, iluminados, librepensadores, materialistas, creyentes, ateos, incrédulos, crédulos, agnósticos, ironistas, francmasones, libertinos (en el buen sentido),  mediopensionistas, etc.etc., podamos exhibir en paz nuestra condición de simples ciudadanos.  

07.05.2012
El Acentor Alpino