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RIODERRADEIRO.-
No sé si a este caso se podría aplicar el dicho de que el que mucho abarca poco aprieta. O aquel otro: No por mucho madrugar amanece más temprano. O el de más allá: Ojo al piojo, es decir, concluir con la simple evidencia de que, en el país de los enanos, como suele decirse, no hay enemigo pequeño.
Finalmente -y por economía verbal-, pregunto: ¿Los presuntos fallos del ubicuo e hiperactivo Garzón lograrán, por fin, dar al trasto con su afán justiciero o, domesticando sus ímpetus, cercenar un tanto su inagotable impaciencia? La respuesta al enigma se está cocinando, a estas horas, para servirla fría, como la venganza, cuando mejor convenga.
El mago Baltasar, si nos trae carbón, nos produce almorranas.
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